En España no existe una ‘cultura del sótano’, por decirlo así. Siempre he sido muy aficionado al cine y, de pequeño, veía todo lo que llegaba de Hollywood. Y allí siempre se han hecho muchas películas de terror. En muchas de ellas, el sótano jugaba un papel esencial. Más adelante, cuando me empecé interesar por la literatura también disfruté bastante con la literatura gótica y los cuentos de terror, como los de Poe: en alguno de ellos, el sótano es un elemento clave, como en el famoso cuento de El gato negro.

Pero, como digo, en buena parte de Europa, lo de los sótanos no se estila. La mayoría vivimos en pisos de edificios de plantas no en viviendas unifamiliares, por lo que no tenemos un sótano particular. Todo esto vino a mi cabeza cuando un amigo me invitó a la casa que estaba haciendo en una finca que había heredado de sus abuelos.

Durante varios años trabajé como albañil y tenía algo de experiencia en el tema. El chico también tenía nociones de albañilería y me había pedido que le ayudara con el sótano. La casa estaba a medio hacer y la instalación eléctrica daba muchos problemas. Me dijo que había visto unas ofertas pantallas fluorencentes y que quería colocarlas en el sótano, pero todavía no le había dado tiempo. Así que para trabajar allí aquella tarde de sábado usamos linternas y un foco que tenía él.

Pronto el foco dejó de funcionar. Como todavía había luz natural que se filtraba por el tragaluz y teníamos las linternas no nos preocupamos. Pero más tarde se nos hizo de noche y apenas veíamos ya, así que decidimos dejarlo para otro día… Pero cuando nos acercamos a la puerta del sótano, no se podía abrir, estaba totalmente atrancada. Y no, no teníamos cobertura en los móviles. Era como una película: ahora solo quedaba que llegaran unos zombis a intentar derribar la puerta.

A la mañana siguiente nos vinieron a buscar después de no dar señales de vida. No llegaron los zombis, pero pasamos frío… y algo de inquietud por llamarlo así. Al salir del sótano, le dije a mi amigo: por, favor para la próxima vez que me traigas compra antes las ofertas pantallas fluorencentes. Si no, no cuentes conmigo.