La búsqueda del mejor tratamiento para un problema médico a menudo es un proceso que requiere de paciencia y confianza. No nos queda otra, ya que estamos en manos de los médicos y especialistas que son lo que deben valorar cada situación y tomar las decisiones oportunas. Desde luego que un médico no es un ser infalible. También se puede equivocar y no siempre elegir el tratamiento adecuado, pero es algo que también hay que asumir porque la medicina no es magia, aunque a veces lo parezca.

Cuando empecé a tener problemas en la piel, no tardé en acudir a un dermatólogo buscando una solución. Como era la primera vez que iba y hasta ese momento no había tenido problemas de este tipo, me costó entender el proceso de búsqueda de un tratamiento. Suponía que aquello se quitaba con una crema y ya está, pero no es tan sencillo. Pero gracias a que tuve la suerte de elegir un buen profesional con mucha mano con los pacientes acabé asumiendo que el problema no era tan sencillo.

Mi médico me dijo que había que ir paso a paso, empezando por una valoración inicial en base a una serie de pruebas para terminar consultando con el departamento de dermatologia medica quirurgica en caso de que fuera necesario. Fue así como empecé a comprender que los tratamientos, también para los problemas de la piel, llevan su tiempo.

Y es que los problemas en la piel no son fáciles de diagnosticar. Por ejemplo, está el caso del acné que popularmente se atribuye a causas que no responden a criterios médicos. En este sentido, es evidente que la adolescencia es una época en la que se producen más alteraciones de este tipo en la piel debido, a menudo, a los cambios hormonales. Pero este problema también puede aparecer en otras etapas, como fue mi caso. 

Y aunque en mi caso no fue necesario acudir al departamento de dermatología medica quirúrgica, sí que tuve que tener paciencia para encontrar el mejor tratamiento que solucionó mi problema. Como siempre, confianza en el médico y calma, que todo lleva su tiempo.