El Renting de coches para autónomos vive un momento dulce en España, por la expansión de la oferta de vehículos, fabricantes y concesionarios que apuestan por el alquiler a largo plazo. Según datos de la Asociación Española de Renting (AER), el renting entre particulares y trabajadores por cuenta propia se ha disparado un 70%, nada menos.

 

Diversas causas están detrás del auge del renting entre los autónomos. La comodidad de los pagos es una de ellas. Mientras que la compra o financiación convencional de vehículos lleva aparejados gastos como el seguro, la ITV, las revisiones, las averías, la asistencia en carretera o las revisiones técnicas, la cuota de renting concentra estas obligaciones financieras en una única mensualidad, más de computar en libros contables y fiscales para el acceso a deducciones ante la Agencia Tributaria.

 

Este beneficio redunda en la reducción de la burocracia. El molesto papeleo queda simplificado al mínimo en los contratos de alquiler a largo plazo, pues son las empresas de renting las que se responsabilizan de estos trámites en la mayoría de los casos. 

 

Fiscalmente, el renting se adapta a las necesidades del trabajador por cuenta propia. En caso de demostrar que el vehículo será utilizado únicamente para actividades profesionales, el autónomo podrá deducirse al 100% del IVA de las cuotas; si por el contrario, el vehículo se utiliza parcialmente para la actividad profesional, las mensualidades serán deducibles en un 50%, lo cual continúa siendo muy ventajoso.

 

Por otra parte, el renting de vehículos ofrece una forma rápida y económica de conseguir una flota comercial de alta calidad, sin asumir una inversión fuera de lo común. Además, los autónomos podrán cambiar de coche cada 3-5 años, lo que elimina uno de los problemas más graves en el parque automovilístico actual —la obsolescencia— y evita conflictos con las restricciones de tráfico a vehículos contaminantes.